NOTA DEL AUTOR

La transcripción comienza el 01-12-2012 con (EL ASPECTO), continúa con el (PRÓLOGO) y con la (INTRODUCCIÓN) ordenada en 75 partes. Sigue con el resto de las entradas en las que también habrá adivinanzas, enigmas, rompecabezas, preguntas con respuesta, curiosidades y anécdotas sobre matemáticas y enseñanza, frases escogidas, frases sacando punta, frases que hablamos mal, diálogos escogidos, diálogos paradójicos, salidas para todo.

lunes, 3 de diciembre de 2012

INTRODUCCIÓN (1)

ACERTIJO. "Es la ingeniosa descripción, en prosa, de un mensaje que el receptor debe descubrir". También: “Enunciado que contiene un enigma y los datos necesarios para su resolución”.
Primero fue el acertijo y, cuando este se arropó con el verso, nació la adivinanza.[1]
Los verdaderos acertijos son los que requieren soluciones inusuales.
INGENIO. "Es la ciencia de engendrar ideas no convencionales".
La finalidad del ingenio es frecuentemente la resolución de acertijos.
De la mañana a la noche, nos vemos permanentemente enfrentados a acertijos, generalmente ideados para la recreación y el pasatiempo.
La curiosa tendencia a proponer acertijos no es peculiar a ninguna raza ni a ningún período de la historia. Es simplemente innata a cualquier hombre, mujer o niño inteligente.
Los teólogos, científicos y artesanos están permanentemente ocupados en tratar de solucionar problemas, mientras que todo juego, deporte y pasatiempo se basa en problemas de mayor o menor dificultad.
La pregunta espontánea planteada por un niño a su padre, por un ciclista a otro mientras toman un breve descanso; por un jugador de cartas durante la hora de comer, o por un navegante mientras examina perezosa­mente el horizonte, es frecuentemente un problema de considerable dificultad. Resumiendo, todos estamos proponiéndonos acertijos unos a otros, todos los días de nuestras vidas, no siempre sabiéndolo.
Un buen acertijo debe exigir el ejercicio de nuestro mejor ingenio y habilidad, aunque cierto conocimiento de matemáticas y alguna familiaridad con los métodos de la lógica son frecuentemente de gran ayuda en la solución de estas cosas. Aun así, a veces, sucede que una dosis de astucia y sagacidad naturales son de considerable valor. Porque muchos de los mejores problemas no pueden resolverse por ningún método escolástico conocido, sino que deben atacarse por lineamientos completamente originales. He aquí por qué, luego de una larga y amplia experiencia, uno encuentra que determinados acertijos a veces serán resueltos con más facilidad por personas que sólo tienen buenas facultades naturales, que por las más cultas. Los mejores jugadores de juegos de ingenio tales como el ajedrez y las damas, no son matemáticos, aunque es posible que ellos tengan mentes matemáticas sin desarrollar.
Es extraordinaria la fascinación que un buen acertijo ejerce sobre mucha gente. Sabemos que es un asunto trivial, y, aún así, nos sentimos impulsados a dominarlo; y, cuando lo hemos logrado, nos inundan un placer y una sensación de satisfacción que son recompensa suficiente para nuestros esfuerzos, aunque no haya premio alguno.
¿Qué es este misterioso encantamiento que muchos encuentran irresistible? El hecho curioso es que en cuanto el enigma ha sido resuelto, el interés generalmente desaparece. Lo hemos logrado, y esto es suficiente. Pero, ¿por qué hicimos el intento de resolverlo? La respuesta es simplemente que nos da placer buscar la solución. Un buen acertijo, al igual que la virtud, es su propia recompensa. Al hombre le fascina verse enfrentado a un misterio y no es enteramente feliz hasta que lo ha desentrañado. Nunca nos gusta sentir nuestra inferioridad mental respecto a quienes nos rodean. El espíritu de rivalidad es innato en el hombre. Estimula al niño más pequeño, en los juegos y en el estudio, para mantenerlo al nivel de sus compañeros, y, en la vida adulta, convierte a los hombres en grandes descubridores, inventores, oradores, héroes, artistas, y, si tienen espíritu materialista, quizás millonarios.
La gente generalmente comete el error de confinarse a un pequeño rincón del Reino de los Acertijos y de esa forma pierde oportunidades de nuevos placeres que están al alcance de la mano. Unos se dedicarán a los acrósticos y otros acertijos de palabras, otros se dedicarán a los rompecabezas matemáticos, otros a problemas sobre el tablero de ajedrez y así sucesivamente. Esto es un error, porque restringe nuestro placer, y desdeña aquella variedad, que es tan saludable para el cerebro. Además, hay una utilidad práctica en la resolución de acertijos. Se supone que el ejercicio regular es tan necesario para la mente, como lo es para el cuerpo y, en ambos casos, no es tanto de lo que hacemos, sino del hecho de hacerlo de lo que extraemos un beneficio. La caminata diaria recomendada por el médico para el bien del cuerpo o el ejercicio mental diario pueden, en sí, parecer una gran pérdida de tiempo, pero a la larga resultan muy beneficiosos. Los acertijos mantienen la mente alerta, estimulan la imaginación, y desarrollan las facultades de razonamiento. Y no sólo son útiles en esta forma indirecta, sino que muchas veces nos ayudan directamente, enseñándonos pequeños trucos y "artimañas", que pueden aplicarse a los asuntos de la vida en los momentos más inesperados y de las formas más insospechadas.



[1] En el siglo XIX, Fernán Caballero, en su obra “Cuentos, oraciones y adivinanzas infantiles” (1878), los acertijos populares que recoge están en verso.

1 comentario:

  1. aparece al comenzar el dia se ausenta por la noche lo encontramos en la oscuridad y no lo vemos con la luz

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