Mi
mujer: Buenos días, dígame.
Interlocutor:
Buenos días. ¿Puedo hablar con su marido?
Mi
mujer: Ha salido. ¿Quién lo llama?
Interlocutor:
José Szcrych. Él tiene mi número de teléfono.
Mi
mujer: No comprendí su apellido. ¿Podría deletreármelo?
Interlocutor:
Szcrych. S de sol, Z de zapato, C de cloro, R de...
Mi
mujer: Perdón, ¿c de qué?
Interlocutor:
De cloro. R de razón, Y de yunta, CH de chaleco.
Mi
mujer: Gracias, señor.
Sorprendido,
mi hijo Carlos que escuchó el diálogo anterior, nos hizo notar que en la
conversación había ocurrido algo totalmente ilógico.
¿Puede
Vd. descubrir de qué se trataba?