Una gran empresa comercial proyectaba en una ocasión abrir una
sucursal en cierta ciudad y puso anuncios solicitando tres empleados.
El gerente de
personal eligió entre todos los que se presentaron a tres jóvenes que parecían
prometer y les dijo: “Sus sueldos han de ser, al
empezar, de 1.000 euros anuales, pagaderos por semestres. Si su trabajo es
satisfactorio y decidimos que sigan, se les aumentará el sueldo; pero, díganme
que prefieren, ¿un aumento de 150 euros anuales o uno de 50 euros cada
semestre?”.
Los dos primeros
aceptaron sin ninguna duda la primera alternativa, pero el tercero, después de
pensarlo un momento, eligió la segunda.
Inmediatamente lo
pusieron al frente de los otros dos.
¿Por qué?
¿Fue acaso que al
gerente de personal le gustó su modestia y su aparente deseo de ahorrarle
cierto dinero a la compañía?