El otro día en la
plaza del pueblo, el hijo del señor López, un chico inteligente y muy educado,
estaba soltando improperios, sin venir a cuento, contra toda su familia.
Un turista que pasaba por allí se le acercó y le dijo: “No
le da a Vd. vergüenza de lo que está diciendo. Si su padre le oyera se llevaría
un gran disgusto”.
A lo que el joven
contestó: “Vd. qué sabe, si mi padre me oyera se llevaría una gran alegría”.
¿Cómo es posible
un diálogo de este tipo?
Su padre es sordo.
ResponderEliminarSi mi padre me oyera se llevaría una gran alegría porque es sordo.
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