Iba una vez un obispo haciendo la visita
pastoral con su capisayo, báculo y comportamiento y al pasar por un puente de
madera, tendido sobre un río, vio que debajo estaba un hombre pescando y le
preguntó qué era lo que pescaba.
El
interpelado, tras una amable reverencia, contestó al obispo: “Lo que pesco,
lo echo al río y, lo que no pesco, me lo llevo a casa”.
¿Qué
pescaba el hombre?
Se me ocurre que está pescando algo que lleva consigo y no quiere, entonces lo que pesca lo tira al río y lo que no pesca se lo lleva con él. Por ejemplo podría ser piojos o sanguijuelas,
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