Un joven que
solicitaba un empleo, le dijo al gerente que creía merecer un sueldo de 3
millones de pesetas anuales, pero éste no parecía ser de la misma opinión.
«Mire», le dijo, «un año tiene 365 días.
Duerme usted 8 horas diarias, o sea un total de 122 días. Quedan 243. Descansa
otras 8 horas diarias, es decir otros 122 días. Quedan 121. Hay 52 domingos en
que no trabaja. Quedan así 69 días. Tampoco trabaja por las tardes de los 52
sábados, 26 días en total. Quedan, pues 43. Todos los días pierde una hora para
comer, lo que hace otros 15 días. Quedan 28. Tiene dos semanas de vacaciones.
Quedan 14 días. Y todavía quedan por lo menos cuatro fiestas. ¿Le parece bien
que por 10 días de trabajo le pague 3 millones de pesetas?».
¿A Vd. qué le parece?
El argumento no es válido porque no va restando sobre los 365 dias sino sobre los resultados que va obteniendo.
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