Un
ejecutivo le dice a su secretaria: “Tengo que marcharme a una reunión de negocios
hoy mismo. Para poder llevar a buen término mis gestiones, necesito los documentos
que dentro de un sobre rojo tienen que llegar al buzón de las cartas en breve,
pero como no puedo demorarme más, recoja usted ese sobre en cuanto llegue y
envíemelo urgentemente a París”.
Al
poco tiempo el ejecutivo recibe una carta de su secretaria que le dice: “El
sobre rojo ya está en el buzón, lo veo por las rendijas, pero no me dijo donde
están las llaves y no puedo sacarlo, dígamelo y se lo mandaré rápidamente”.
El
ejecutivo le contesta a vuelta de correo con sello de urgencia y le dice: “Las
llaves del buzón están en mi mueble bar detrás de la botella de coñac. Mándeme
el sobre rojo que no puedo esperar más y estoy a punto de perder el negocio”.
Espera días y días y el sobre rojo no llega
a París. Se le estropea el negocio y regresa hecho una furia dispuesto a
despedir a su secretaria. Cuando llega, pregunta qué explicación tiene lo
sucedido cuando era tan importante que cumpliera sus órdenes. La secretaria le
dice algo ante lo cual él se queda callado y no puede despedirla ni tan
siquiera regañarla.
¿Qué
le pudo decir?
Si no podía abrir el buzón para recoger el sobre rojo, tampoco podía recoger la carta con las instrucciones para abrir el buzón.
ResponderEliminarElla nunca supo donde estaban las llaves por que no tenía las llaves para abrir el buzón del correo ya que su jefe le respondió por carta.
ResponderEliminarLa carta con las indicaciones de donde se encontraban las llaves para abrir el buzón también cayó al buzón del que no disponía las llaves, por tanto la secretaria nunca recibió la información de donde estaban las llaves.
ResponderEliminarsi no tenia las llaves de su casa, como podría entrar a mirar el mueble bar??
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