Al enfrentarnos con una serie de operaciones a
ejecutar en el menor tiempo posible, la solución óptima no suele ser la que
salta a la vista.
Procedimientos que inicialmente parecen
perfectos pueden luego mejorarse considerablemente.
Mi madre tiene una tostadora que sólo puede
contener dos rebanadas de pan cada vez.
Después
de tostar un lado de cada rebanada, le da la vuelta.
Cada
lado tarda 30 segundos en tostarse.
¿Cómo
puede tostar mi madre 3 rebanadas por ambos lados en minuto y medio en lugar de
emplear 2 minutos?
Solución. Pone las rebanadas A y B durante 30 segundos.
Da la vuelta a A y pone a C en lugar de B, durante 30 segundos.
Quita A, que ya está lista, y pone durante 30 segundos a B y C por
los lados que no estaban aún tostados.
La idea inspirada estriba en darse cuenta de que no es forzoso
tostar el segundo lado de cada rebanada inmediatamente después de tostar el
primero.
Los
señores González tienen tres faenas domésticas que realizar:
a) Hay que pasar el aspirador
al primer piso de su chalet. La tarea requiere 30 minutos y sólo disponen de un
aparato.
b)
Hay
que cortar el césped. Sólo tienen una segadora; la tarea ocupa también 30 minutos.
c)
Hay
que darle de comer al bebé, y acostarlo. También para esto se necesitan 30 minutos.
¿Cómo
deberían repartirse las tareas marido y mujer para terminarlas todas en el
tiempo mínimo?
Solución. Suponiendo que el señor y la señora González
trabajen a la vez, podríamos pensar en principio que harían falta 60 minutos
para liquidar las faenas domésticas.
Pero, si una de ellas, por ejemplo, pasar el aspirador, se deja a
medias, posponiendo la otra mitad, los tres trabajos pueden terminarse en tres
cuartas partes de ese tiempo, es decir, en 45 minutos.
El día 17-12-2012 apareció la siguiente entrada que recomiendo ver.
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