Un árabe dejó al morir a sus tres hijos una herencia de 17 hermosos camellos, especificando que habían de repartirla de la siguiente manera: al mayor la mitad de los camellos, al mediano la tercera parte y al menor la novena parte.
Los
jóvenes herederos estaban desesperados, ya que evidentemente no podían repartir
los 17 camellos de esta manera sin la colaboración del carnicero.
Buscaron
finalmente los consejos de un anciano y sabio amigo que prometió su ayuda.
Al
día siguiente se presentó en la cuadra llevando un camello de su propiedad.
Lo
juntó a los 17 y dijo a los hermanos que ya podían proceder al reparto.
El
mayor se llevó la mitad de los 18, o sea 9, el mediano un tercio de los 18, es
decir 6; y el pequeño un noveno de los 18, o sea 2.
Cuando
ya se hubieron llevado los 17 primeros camellos, el anciano cogió el suyo y se
marchó.
¿El
truco?
Este problema es famoso, sale en el libro El hombre que calculaba, pero con el doble de camellos.
ResponderEliminarLo que sucede es que la herencia no es completa, si se suman las fracciones da 17/18. Es decir sobra 1/18, que en el caso de aumentar el total de camellos a 18 es que sobra 1.